He platicado con cuatro encuestadores reconocidos en el país y, sobre el caso de Veracruz, dos de ellos me aseguran que gana Rocío Nahle por más de 5 puntos; el otro par me afirma que José Yunes vencerá por menos de tres puntos.
Llama poderosamente la atención que incluso en el mundo de los estadísticos hay división de opiniones sobre Veracruz: el mismo escenario que tienen quienes habitan en el estado.
En el papel (o en teoría), parece avecinarse una de las elecciones más cerradas de los últimos tiempos en Veracruz, quizá como aquella en que FIdel Herrera acabó venciendo a Gerardo Buganza (a nadie se le olvida que Televisa Veracruz llegó a entrevistar al panista como gobernador electo).
Me hacen saber que, de acuerdo al promedio de las encuestas, los comicios en CDMX y Veracruz parecerían perfilarse como los más competidos de esta elección; de manera curiosa son los dos estados preferidos de AMLO, dejando de lado a Tabasco.
Es así como nada está decidido en Veracruz: ni la ganadora (o el ganador), y mucho menos los puntos que habrá de sacar de ventaja el vencedor (o vencedora). Pudiera incluso ocurrir que uno de los dos gane holgadamente. Así de difuso está el panorama, hasta para los expertos en números.
Veamos en qué acaba esta tragicomedia veracruzana.