Las cosas no caminan bien al interior de Palacio Nacional respecto a la elección para gobernador en Veracruz. Y no porque duden de Nahle y su promesa al presidente de refrendar “su segunda tierra natal”, sino porque algunos de los que rodean a la extitular de energía no “dan el ancho”.
A decir de los estrategas cercanos a López Obrador y Sheinbaum, el candidato José Yunes le ha recortado ventaja a Nahle, gracias al poco éxito en la identificación de los negativos que la rodean (o que siempre la han rodeado).
El peor obstáculo que pudieron ponerle a la exsecretaria federal fue Pepe Yunes, por su imagen de “caballero en la política”; no hay muchas rutas para descalificarlo, más que aquello que durante la campaña el mismo peroteño vaya soltando en su afán de alcanzar y vencer.
En Palacio Nacional sabían que atacar a Miguel Yunes Márquez o a Julen Rementería habría sido más factible, pero no a un José Yunes cuyos negativos nunca han radicado en señalamientos de presunta corrupción u opacidad (lo cual no quiere decir que los otros sean culpables, en lo absoluto).
La encuesta de Reforma que pronostica ganadora a Sheinbaum por más de 20 puntos y un congreso federal con amplia mayoría morenista, aligeró la preocupación de AMLO, pero no suavizó los resquemores por lo que pueda ocurrir en algunos estados como Jalisco, Puebla, Veracruz y CDMX.
La guerra en Veracruz apenas arranca y ni Pepe Yunes ha visto lo que Nahle es capaz de hacer por ganar, como la propia morenista no conoce los auténticos alcances del oriundo de Perote.
Veamos qué pasa en los días por venir.