En Veracruz decidieron tirar la candidatura al gobierno de Veracruz poniendo a Hipólito Deschamps, no porque pudiera ser un mal candidato, sino porque a todas luces había mejores opciones que él.
Deschamps no convence a nadie (o quizá a muy pocos) sobre las razones para cobijarse (prácticamente de un día hacia el otro) en los brazos de otro partido político. Lo de Hipólito fue tan insólito y desesperado que no sólo quedará en un sólido tercer lugar en la elección, sino que perjudicará a MC.
Consulté con las bases naranjas en la CDMX y me confirmaron que, de alguna forma, decidieron entregar el estado después de no poder colocar a alguno de sus más competitivos perfiles. La mejor opción era, según sus propias encuestas, José Manuel Del Río Virgen.
El secretario técnico del Senado reunía las características y principios suficientes de MC para representarlo en la elección, pero las cosas no se dieron (tampoco con Sergio Gil Rullán), al grado de que recurrieron a un perfil que no les dará ni la octava parte de sus pretensiones.
Me hacen saber en CDMX que una de las razones por las que MC “entregó” el estado fue la empatía que sienten por Pepe Yunes (no por el PRI, el PAN o el PRD), y ante la animadversión que tienen por Nahle, su mejor aporte era poner un candidato menor para sumar votos al peroteño y así aumentar su competencia.
Hipólito Deschamps sólo fue un nombre para llenar el requisito, el candidato bajo la manga de MC es Pepe Yunes, aunque por mero protocolo no lo acepten en público.
Veamos qué ocurre.