Ser candidata o candidato en el estado de Veracruz (en este proceso electoral) es casi tan peligroso como ser periodista; es la tierra donde buscar el voto o trabajar un reportaje pueden llevar igualmente a la muerte.
Cuando las elecciones terminen, la actividad más peligrosa en Veracruz volverá a ser, únicamente, el periodismo. Por eso las solicitudes de protección que los candidatos han hecho a través de sus partidos están por igualar, en cualquier momento, al número de peticiones que los periodistas tienen requisitadas por amenazas.
De manera pavorosamente curiosa, en los debates electorales próximos a realizarse se estarán juntando, por unas horas, dos de las actividades más peligrosas en la República Mexicana: la política y la periodística.
Más curioso y paradójico aún resulta que el primer tema a tratar sea justamente el de la inseguridad en el país. Tendremos a las dos actividades más temerarias disertando sobre aquello que más las ha azotado: la violencia (y muerte).
Cientos de candidatas y candidatos en el país se han retirado de la contienda (en este 2024), por temor a ser asesinados: miles de periodistas han dejado su actividad en los últimos años por amenazas y temor a perder la vida. Ojalá quien llegue a la silla presidencial tenga el compromiso suficiente para cambiar las cosas.
Veremos qué ocurre.
