Y ocurre que cuando López Obrador supo que Samuel García quedaba fuera de la contienda (sin tardar más de dos minutos), pidió hablar con su candidata para indicarle que “el factor MC” perdería “algo de fuerza” frente a Xóchitl Gálvez, y la estrategia cambiaba.
Y es que así fuera Dante Delgado el candidato, el partido naranja no podría llegar (de acuerdo a números en Palacio Nacional), “a los niveles de penetración de Samuel, pues él y Mariana Rodríguez dominaban al sector que confía en los jóvenes para gobernar”.
El plan de AMLO para convertir a MC en la segunda fuerza política del país sigue vigente en su afán, por supuesto, de retirarse a su rancho habiendo hundido a lo que él considera “el bloque conservador y neoliberal”.
Por eso el presidente habló con Sheinbaum después del caso con Samuel García: porque “aplastar” a la oposición (donde no entra MC), sería más complicado con cualquier otro candidato que los naranjas deseen colocar.
La tarea de Sheinbaum no sólo consiste en ganar la presidencia, sino en apoyar a que MC alcance el segundo lugar en las votaciones, situación que a todas luces alimentaría aún más el crecido ego de AMLO.
Cuando acabó la charla, misma que no duró más de 10 minutos, AMLO sugirió a MC, a través de un tercero, que el candidato no fuera Dante Delgado, sino una mujer como Ivonne Ortega o, en un lejano caso, Jorge Álvarez Máynez.