Y fue Claudia Sheinbaum quien, previo cabildeo de Manuel Velasco, líder del Verde Ecologista, habló con los senadores perredistas Araceli Saucedo y José Sabino para que se sumaran a la bancada morenista.
La primera en recibir la llamada de la presidenta electa fue Saucedo, quien de inmediato le dijo que “estaba a sus órdenes en el senado, además de atenta a las instrucciones de la que ahora sería su nueva bancada: la 4T”.
Apenas se supo que se necesitaban tres senadores para que Morena y aliados alcanzaran “la calificada”, Velasco fue asignado por Sheinbaum para buscar esas curules faltantes y no resultó complicado convencer a los perredistas, cuyo partido perdió el registro por falta de votos en la elección presidencial.
Me hacen saber que fue ligeramente menos difícil convencer a Sabino que a Saucedo, aunque ambos expresaron que tanto el PAN como el PRI no mostraron interés en ellos, argumentando que el PRD no aportaba mucho y que serían como rémoras.
El otro senador o senadora que habrá de unirse a Morena vendrá de MC o el propio PAN. Y así, la oposición en ambas cámaras, tanto la baja como la alta, se dedicará sólo a cobrar sin poder ser el contrapeso que en cualquier democracia debería existir.
Por ejemplo, Alejandro Moreno, “Alito”, se dedicará a ser víctima, a fantasear que “da lata” y se opone a Morena, pero a final de cuentas sólo cobrará bajo una senaduría pluri, una que nunca habría sido capaz de ganar en las urnas… y así otros tantos.
Veremos qué ocurre.