Pareciera (e insisto, pareciera) que la ofensiva contra la Fiscal Verónica Hernández disminuye y empieza a salir, poco a poco, de las arenas movedizas en que se encontraba. Y es que tener el sello (merecido o no) de Eric Cisneros en la frente no debe ser fácil en estos tiempos.
Cuando todo indicaba que la iniciativa en el legislativo para buscar la caída de Hernández estaba “cocinada” (y sería el primer clavo de su anunciado ataúd), las acciones recularon y podría encaminarse a finalizar su respectivo periodo.
Si bien es cierto, la imagen de Cisneros le operaba en contra, además de algunos espinosos temas no atendidos durante el mandato de Cuitláhuac García, Verónica Hernández ha logrado, al parecer, avanzar entre obstáculos para “llenar el ojo” de la gobernadora.
Sin embargo, lo que la gobernadora hizo fue poner pausa, únicamente, en el tema mientras observa y decide. Uno de los personajes que menos entraban en el proyecto de Nahle era justamente la Fiscal y hoy, para sorpresa de muchos, se encuentra en proceso de evaluación.
¿Pero qué ocurrió realmente para que Nahle diera un “voto de confianza” a Hernández, a pesar de todo lo que se ha dicho? La detención de los 13 policías estatales acusados por desaparición forzada en Xalapa.
El simple hecho de que Omar García Harfuch destacara el hecho en la mañanera, frente a la presidenta Sheinbaum, bastó para “comprarle” vida y crédito a la Fiscal… al menos por un buen rato.
Veremos qué ocurre… y si de verdad ocurre.
