«Sobre aviso no hay engaño». Lo advertí aquí y se llegaron los tiempos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió, en sesión privada, adelantar la discusión sobre la inconstitucionalidad de los paquetes anticorrupción aprobados por los Congresos de Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte.
En realidad, la discusión que efectuarán los ministros de la Corte el próximo lunes es mero formulismo, es para llenar el requisito, la decisión está tomada; «este arroz ya se coció». La prioridad está en resolver, a la voz de «ya», los asuntos promovidos por la PGR contra los dos Duarte y Borge. Es orden de «arriba».
De esta manera, el lunes próximo la Corte dará la razón a la Presidencia de la República, y así, invalidarán las reformas anticorrupción de estos tres estados, bajo el sólido argumento de haberse adelantado a las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción. En pocas palabras, quisieron hacer las suyas sin conocer las bases nacionales para generar los sistemas locales en el tema. Quedarán en ridículo, como ignorantes totales de los procedimientos.
Muy caro les saldrá a los gobiernos de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua haber querido blindarse y protegerse, en «fast track», ante la inminente llegada de los opositores al relevo en el poder. Se apresuraron, no preguntaron, y por ello, quedarán exhibidos ante la opinión pública; les «comieron las ansias» y en el pecado llevarán la penitencia.
Me comentan que hasta el momento en el cual las leyes generales del Sistema Anticorrupción terminen su discusión legislativa, entrarán en vigor, y entonces sí, cada congreso local podrá promulgar las suyas en la materia, claro, ajustadas a las bases nacionales. Eso fue lo que olvidaron los Duarte y Borge, y si en serio no se les fue, entonces, ¿qué pasó? No me hagan pensar mal. ¿Habrá sido por desesperación de cuidarse «las espaldas»? ¿No, verdad? Pero qué necesidad. Javier Duarte, el peor calificado, según encuesta nacional
Por si fuera poco el inminente veredicto de la Suprema Corte contra los Duarte y Borge, el Gabinete de Comunicación Estratégica, dirigido por Liébano Sáenz y Federico Berrueto, publicó su «Encuesta Nacional 1er Semestre 2016». En ella, le va mal al Gobernador de Veracruz.
De acuerdo a los resultados de este ejercicio estadístico, Javier Duarte es el mandatario peor calificado por sus gobernados, con una desaprobación del 83.6%. Ahí mismo, Liébano y compañía preguntaron a los veracruzanos: «Si el gobernador de su estado fuera su vecino y usted tuviera que ausentarse de su casa por varios días, ¿le confiaría las llaves de su casa?» El 89% contestó que «no». Sin palabras.
En el rubro titulado «Cumplimiento del Gobernador», Javier Duarte obtuvo promedio de 5.5, pues ese número, el 5, correspondía a «no cumple con ninguno de sus deberes». Los tres mandatarios peor calificados del país fueron el de Veracruz, Chiapas y Morelos, en ese orden. ¡Caray!