Si bien es cierto Donald Trump no ha podido construir el muro que tanto prometió en su campaña presidencial, sí logró disminuir considerablemente el flujo migratorio a su país a través de su “brother” del alma, (como él mismo lo llama), Andrés Manuel López Obrador.
Fuentes cercanas al mandatario estadunidense me aseguran que lo nombra, con ese “cariño” que lo caracteriza, “my brother in Mexico, my great republican in Mexico”. Para Trump, AMLO maneja un gobierno revolucionario y sin precedentes, tal como observa al suyo.
El inquilino de la Casa Blanca ha tenido en AMLO a su mejor aliado para presumir su avance anti-migratorio. No sólo le consecuenta cuanto berrinche le brota en la relación bilateral, sino que le ha detenido el flujo centroamericano que busca llegar a EU.
“My brother in Mexico”, dice Trump cada vez que observa el trabajo que la Guardia Nacional hace en la frontera con Guatemala. Me han confiado que sin decirlo de manera literal, el Presidente estadunidense se congratula por lo laxo que se ha mostrado el gobierno de AMLO, cuando originalmente “pintaba diferente”.
“My brother in Mexico”, y más aún después de aquel mensaje televisado donde Enrique Peña dio un rotundo “no” al muro, mismo que logró como nunca antes, el apoyo de prácticamente todos los mexicanos. “Trump está feliz con AMLO y su constante política de evitar diferendos”, me dicen.
La manera más efectiva de tener a Trump tranquilo es evitar “llevarle la contraria, y hacerle sentir que en todas las negociaciones sale ganando”. Y es que en el caso particular de su relación con México no ha perdido una sola, hasta la expulsión de Evo Morales le cumplieron.
“My brother in Mexico, my perfect extension in the south”, afirma Trump con frecuencia. “Incluso ha dicho que si AMLO no hablara tan lento, se expresarían casi de la misma manera en público”, comentan fuentes cercanas al Presidente gringo.
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