Qué bien le caería al PRI la captura de Javier Duarte rumbo a la elección del 2017, o «ya de plano» para el 2018. Atrapar al ex gobernador no es la solución de los problemas del tricolor, pero nada mal le vendría un empujón ante el desánimo social hacia el Gobierno.
Dejando de lado (por el momento) la importancia que juega para el 2018 el resultado en el Estado de México, la elección de las 212 alcaldías en Veracruz, tercer estado con mayor número de votantes, es fundamental para la renovación de la Presidencia.
La alianza PAN-PRD en Veracruz asegura que ganará entre 140 y 150 alcaldías, es decir, prácticamente el 70 por ciento de las municipales en disputa. Nada descabellado tomando en cuenta que hace menos de un año obtuvieron la gubernatura, y por ello, tendrán de su lado, niéguese o no, la cordialidad de las instituciones estatales.
Sin embargo, el crecimiento de Morena continúa en Veracruz. López Obrador lo sabe, y tan cierto está de ello, que sigue visitando el estado cuando menos una vez por mes. Los del tabasqueño van sin alianza, y según me comentan, están seguros de llevarse cuando menos 120 alcaldías.
El caso del PRI se cuece aparte. Si bien es verdad la Delegada Nacional, Lorena Martínez, logró poner orden entre los grupos de poder y nombrar un Dirigente estatal manejable para el CEN, no debemos dejar de lado que en Veracruz, el tricolor vive la peor etapa de su historia.
El PRI en Veracruz no irá en alianza con el Verde en la totalidad de los municipios, lo harán en 178, en los restantes, ambos partidos se la jugarán solos. De acuerdo a las proyecciones electorales, el tricolor estaría en condiciones de competencia en 100 alcaldías, de las cuales, podría llevarse con cierta seguridad al menos 60, es decir, menos del 30 por ciento.
Respecto al comportamiento que han tenido las encuestas en las últimas elecciones, donde lo «más seguro es lo inseguro», ninguno de los partidos podrá presumir su número de alcaldías hasta tenerlas acreditadas por las urnas.
Cierto es que el PAN y Morena parecen tener la mesa puesta en Veracruz, mientras que tanto el PRI como el Verde caminan cuesta arriba. De aquí al 4 de junio, los resultados tendrán que ver mucho con el que menos se equivoque en términos de popularidad e imagen. Hagan sus apuestas. Nadie está tan muerto, tampoco tan vivo.