Si bien es cierto que con la captura de Emilio Lozoya algunos importantes funcionarios peñistas podrían caer, hay otros que aunque de manera natural el cerco organizacional los señale, no serán tocados por la lumbre del ex director de Pemex: Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong.
Aquella regla no escrita, pero presente en la política mexicana, resuena también en los oídos de AMLO como el “viejo lobo de mar” que es, “no encarcelarás a un ex presidente, pues cuando pierdas el poder, quizá el siguiente seas tú”. Y no porque el tabasqueño pudiera cometer algún ilícito, no, pero en ocasiones “justos pagan por pecadores”.
Lopez Obrador no pretende ser el primero en encarcelar a un antecesor, y no porque busque encubrir a Peña Nieto, sino porque sabe (y de sobra) que la contundencia de las pruebas no es suficiente para dar un paso de esa índole. AMLO tiene claro que hay colaboradores capaces de actuar por sí solos, sin pedir permiso, como podría ocurrirle a él.
Cuando el Presidente dijo que “borrón y cuenta nueva” en el tema de ir por ex funcionarios, hablaba en serio. En aquellas reuniones para la transición del poder, donde EPN recibía a AMLO en Palacio Nacional, acordaron que todo estaría “en santa paz entre ellos, fuera lo que fuera”. Y así será.
La libertad de movimiento que tenía Emilio Lozoya no correspondía con la de un Director General, o cuando menos así lo pensaban varios Secretarios y Subsecretarios del momento, situación que a la postre acabó aislando más al hoy detenido en España.
AMLO tampoco irá por el Senador Miguel Ángel Osorio Chong, porque de acuerdo a la información exclusiva que tiene en sus manos, quienes habrían participado en los presuntos ilícitos de Lozoya son otros dos Secretarios peñistas, además de algunos ex funcionarios que gozaban de libertades para decidir.
El Presidente sabe que en efecto Osorio trató poco con Lozoya, porque así se lo marcan también las investigaciones. Hubieron quienes por la naturaleza de sus funciones, y relación directa con las transacciones de Pemex, habrían estado más enterados de lo que ahí ocurría. El oriundo de Hidalgo está totalmente desmarcado.
Así pues, de acuerdo a fuentes confiables, y a pesar de la información que maneja The Wall Street Journal, en el caso de Emilio Lozoya no irán por Peña Nieto. Si bien es cierto lo investigan, tal como lo mencioné líneas arriba, los hechos no tendrían la suficiente fuerza como para empujar un encarcelamiento autorizado por AMLO. “Tendría que ser una prueba escandalosamente insoslayable”, me dicen.