Debieron hacerle caso a Jorge G. Castañeda; lo propuso desde hace tiempo, justamente cuando decidió no buscar la candidatura independiente porque, prudente, como siempre ha sido, consideró que no tenía los alcances suficientes para abanderar la causa. Quizá mostró respeto por esta todavía naciente figura en la democracia mexicana.
No pretendo -de hecho, ni busco- escribir a favor de Castañeda, pero sí reconocer que de no haber prevalecido el egoísmo en los que buscan la “independiente”, la candidatura de unidad podría ser una realidad. Lo que propone el “jaguar”, Senador con licencia, Armando Ríos Piter, ya lo había puesto hace meses sobre la mesa el ex canciller en tiempos de Vicente Fox. Hoy, llevarlo a cabo es imposible.
La candidatura de unidad independiente debió concretarse antes de la recolección de firmas que pedía el INE. Si Margarita Zavala, Armando Ríos Piter, Pedro Ferriz de Con y “El Bronco” pudieran ponerse de acuerdo, y así, juntarse en una sola persona, ello no garantizaría, en lo absoluto, la suma automática de apoyos ciudadanos “como si no hubiera pasado nada”.
No logro ver a quienes dieron su confianza a Margarita Zavala, una ex panista, votando por un ex priísta, como Jaime Rodríguez, y viceversa; o a uno de los firmantes que apoyaron a Pedro Ferriz, quienes no deberían creer en los usos de la política, sufragando por Armando Ríos o la esposa de Felipe Calderón. Insisto, se tardaron.
Se unan o no, declinen total o sólo de manera parcial, en términos reales y estadísticos, los porcentajes de apoyo no pueden sumarse. La mayoría de las encuestas dan a los independientes, juntando sus porcentajes, en el mejor de los casos, de 13 a 15 puntos en la intención del voto. No hay posibilidad a estas alturas.
Habría sido interesante observar a Jorge G. Castañeda como “candidato” con el apoyo de todos los que hoy buscan ser independientes. Incluso, “una Margarita Zavala” tendría cuando menos posibilidades de competencia con el tercer lugar; o por qué no, a “un Pedro Ferriz” como el único sin pasado político evidente, respaldado por todos los hoy catalogados “rebeldes”.
Así como están: aislados y cada uno en su lucha, los que buscan ser candidatos “por la libre” no representan a un sector significativo de la sociedad, por el contrario, pervirtieron (quizá sin querer) la esencia de la independiente, convirtiéndola en una opción para “robar votos a alguien”.
De la manera como están actualmente, ningún “independiente” tiene opciones de rebasar el 10 por ciento de la votación. Zavala sólo robará votos a Ricardo Anaya; “el Bronco” al PRI o quizá a Morena; Ríos Piter al PRD, en su alianza con el blanquiazul, y Pedro Ferriz, a todos un poco.
En cualquier democracia del mundo resulta complicado que una candidatura independiente triunfe en una elección. Aquí, en Mexico, al menos en esta ocasión, a lo mejor “sin querer, queriendo”, se empeñaron en hacerla fracasar.
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